¿Cómo controlar una dieta cetogénica?

Una dieta cetogénica puede ser realizada con diferentes objetivos, como puede ser el control de la diabetes tipo 2, la reducción de peso, el control de las crisis epilépticas, la prevención y mejora de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer,….

Pero, ¿cómo sé yo que estoy consiguiendo los objetivos inmediatos de la dieta cetogénica? Por definición una dieta cetogénica es la que genera cuerpos cetónicos, por lo que es el análisis y control de los cuerpos cetónicos lo que nos va a permitir conocer si estoy consiguiendo los objetivos.

La dieta cetogénica se basa en un cambio en la proporción de aporte de los diferentes principios inmediatos, básicamente reduciendo al mínimo el aporte de hidratos de carbono (de ahí el uso de la denominación de dietas bajas o muy bajas en carbohidratos) y un aumento significativo en el aporte de grasas.

La dieta cetogénica trata de modificar el metabolismo energético, de forma que pasa de un modelo habitual en el que el aporte energético se obtiene principalmente del metabolismo de los hidratos de carbono a un modelo en el que el aporte energético se basa principalmente en el metabolismo de las grasas y hay un aumento en la formación de cetonas. Y el uso de las grasas como principal fuente energética lo conseguimos cuando hay una reducción en la disponibilidad de la glucosa (ligado al agotamiento de los depósitos de glucógeno), o si queremos ser más precisos, cuando hay una reducción del índice Insulina/Glucagón.

Esta estimulación del metabolismo de las grasas en la formación de energía conlleva la utilización de los ácidos grasos en las células del hígado con formación de cuerpos cetónicos, que son vertidos a la sangre y de esta forma distribuidos por todo el organismo, de manera que el cerebro y las células musculares principalmente utilizan estos cuerpos cetónicos en los procesos de formación de energía. Hay que significar que mientras que el ácido graso no puede atravesar la barrera hematoencefálica y por tanto no puede ser utilizado por el tejido cerebral, los cuerpos cetónicos sí que son capaces de atravesar dicha barrera y suponer una fuente de energía muy significativa para las células nerviosas, pudiendo llegar incluso hasta obtener el 60% de su energía a partir de los cuerpos cetónicos (véase al respecto: Cuerpos Cetónicos en Sangre).

Por tanto, la forma de comprobar si estamos consiguiendo los objetivos inmediatos de una dieta cetogénica es medir o analizar la concentración de cuerpos cetónicos en sangre.

Si tenemos un aumento de la concentración de cuerpos cetónicos en sangre estamos consiguiendo el efecto deseado y debemos continuar por esta línea; si por el contrario no hay un aumento de los cuerpos cetónicos en sangre, no estamos consiguiendo el objetivo de la dieta cetogénica y tenemos que analizar de forma pormenorizada el modelo de dieta llevado a cabo considerando los diferentes alimentos utilizados para intentar detectar las causas que están motivando la falta de respuesta cetogénica y poder ponerle solución mediante un replanteamiento de la dieta cetogénica.

En definitiva, si queremos saber la efectividad a corto plazo de una dieta cetogénica, tenemos que analizar el nivel de cetonas. Si no lo hacemos no podemos tener garantías de que la dieta teóricamente cetogénica que estamos realizando, sea prácticamente cetogénica y esté dando lugar a un aumento de los cuerpos cetónicos, que es al fin y al cabo el objetivo inicial y principal de una dieta cetogénica, como su propio nombre indica (generar cetosis o generar cuerpos cetónicos).

Un aparato específico para la medición y el análisis del nivel de cetonas es el Analizador eBketone K01:

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